¿Alguna vez has pensado la cantidad de tiempo que dedicamos a dormir en nuestras vidas? Solo a bote pronto, si dormimos alrededor de ocho horas al día, que tiene 24 horas, ya estaremos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas.
¿Te imaginas poder dedicar ese tiempo, o al menos la mayor parte de el a otras actividades? Sería todo un sueño, nunca mejor dicho, poder dedicar el tiempo que pasamos dormidos a realizar otras muchas cosas... leer, estudiar, trabajar, navegar. ¿Te imaginas dormir sólo dos horas al días, y estar a pleno rendimiento el resto del tiempo?
Eso que parece un sueño, hoy en día es posible. Existe un método que nos va a permitir reducir drásticamente las horas que dedicamos a dormir, sin que nuestro organismo se resienta. Ese es el método Uberman
Al contrario que con las técnicas para aprovechar el tiempo, en las que maximizamos la productividad de un tiempo existente y finito, en el Método Uberman vamos a conseguir disponer de más tiempo para nuestra actividades.
Se trata de un método mediante el cual vamos a cambiar el ritmo de sueños de nuestro cuerpo. Con este método, en vez de hacer un sueños largo de 8 horas, de las cuales la mayoría no se aprovechan realmente por nuestro cuerpo (luego entraremos en detalles) , lo sustituimos por seis sueños cortos, muy cortos de 20 minutos cada uno, en los que aprovecharemos al máximo el tiempo de sueño.
El resultado es que durmiendo tan solo dos horas al día en total, habremos descansado todo lo que necesitamos para estar despiertos y descansados el resto del día, y poder dedicar hasta 22 horas al día al desarrollo de nuestra vida.
Así pues el método Uberman consiste en dividir el día (y la noche) en seis periodos de cuatro horas, de los cuales sólo dormiremos 20 minutos en cada periodo, y el resto del tiempo estaremos despiertos y aprovechando el tiempo.
Por ejemplo, nos acostaremos a las 12 de la noche y nos despertaremos a las 12:20; nos volveremos a acostar a las 4:00 y nos levantaremos a las 4:20, e igualmente haremos a las 8:00, a las 12:00, a las 16:00, a las 20:00 y vuelta a empezar el día siguiente a las 0h
Para que el método funcione, debemos cumplir los horarios a rajatabla. El sueño de 20 minutos nos mantendrá despiertos y ágiles durante las horas siguientes, pero si no recargamos a las cuatro horas, caeremos inmediatamente en letargo. Por ello es muy importante cubrir exactamente las horas de sueño.
Para ello, lo mejor es llevar encima (en el reloj, en el móvil, en el celular) una alarma que nos avise un poco antes de la hora de acostarnos, para no perder la hora exacta. Minutos antes de la hora del sueño podremos relajarnos, apagar las luces, bajar el ritmo cardíaco y predisponernos para el sueño, para que las horas de sueño se aprovechen al máximo.
Tendremos un buen despertador, sonoro y difícil de desbloquear, que sonará a los 20 minutos y nos despertará. Al principio, la tentación de seguir en la cama será grande, pero no debemos remolonear, debemos levantarnos inmediatamente y volver a la actividad cuanto antes.
No debemos ceder tampoco a la tentación de darnos un descanso reparador y seguir acostados, más tiempo del calculado. Debemos despertar y levantarnos a los veinte minutos de habernos acostado y dormido. La persistencia y la constancia son fundamentales en este sistema.
Los primeros días del método serán muy difíciles hasta que nuestro cuerpo se acostumbre a nuestro nuevo horario. Nos costará trabajo quedarnos dormidos cuando nos acostemos, y una vez dormidos nos costará trabajo levantarnos a los veite minutos. Pero tras algunas semanas nuestro cuerpo se habrá acostumbrado al nuevo horario y se adaptará perfectamente al nuevo horario.
Es muy importante tener en cuenta este periodo de adaptación. La gran mayoría de las personas fracasan al intentar el método en este punto, ya que nunca logran adaptarse al nuevo ritmo de sueños, ya que tras unas semanas viviendo como zombies con una clara falta de sueño, abandonan, sin llegar a la etapa en que empiezan los beneficios del método.
En ese sentido, puede ser interesante una aclimatación gradual empezando a acostumbrarse al sueño polifásico en tramos de una hora u hora y media (es decir romper el sueño único en seis siestas diarias pero sin dormir menos tiempo total al día) y posteriormente ir reduciendo la duración de los mismos hasta llegar a los 20 minutos que recomienda el método.
Pues bien: sólo en una de esas fases, llamada FASE REM, el cerebro desconecta la mayoría de sus funciones y es cuando realmente descansa. Esta es la única fase del sueño que es profunda y sustancialmente reparadora, en la que soñamos y nuestro cerebro "recarga sus baterías". El resto de fases son mucho menos productivas
Pues bien: el método Uberman lo que hace es forzar al cerebro, mediante la restricción del tiempo de sueño continuado, a prescindir de las fases más improductivas del sueño y entrar directamente a la fase REM, a la única fase máximamente productiva de sueño.
Los primeros días practicando el método Uberman nuestro cerebro apenas entrará a las fases incipientes del sueño, creyendo que el sueño será largo como siempre por lo que se ha acostumbrado a ir profundizando poco a poco, por lo que al despertarnos a los 20 minutos apenas habremos descansado. Por eso los primeros días serán muy duros, porque estamos logrando justo lo contrario del objetivo: no entramos en la Fase REM, y estaremos muy cansados y aletargados.
Sin embargo, a partir de la segunda semana, nuestro cerebro habrá comprendido el nuevo patrón de sueño y entrará directamente a la fase REM, y esos 20 minutos de sueño pasarán a ser plenamete reparadores. Habremos conseguido nuestro objetivo: tener periodos de sueño muy cortos pero muy aprovechados.
Sólo dormiremos dos horas, pero estas serán al completo de sueño profundo y reparador, y más que suficiente para vivir a pleno rendimiento las 22 horas restantes del día
Lógicamente no todo son ventajas. El método Uberman presenta algunos inconvenientes que hacen que no todas las pesonas puedan llevarlo acabo, o que algunos prefieran no adoptarlo. Las principales dificultades son:
De entrada, cualquier persona puede aplicar el método con éxito. Dependiendo de su flexibilidad horaria y de su vida familiar y social y social, unas personas lo tendrán más fácil que otras.
Un claro ejemplo de candidato ideal a aplicar el método Uberman son los estudiantes de oposiciones: personas que necesitan disponer de cuanto más tiempo mejor, que no tienen demasiada vida social sino que están centrados en su objetivo, que están libremente capacitados para ordenar sus horarios.
En general, las personas que viven solas lo tienen más fácil que las que viven acompañadas, ya que tienen que compatibilizar sus horarios con los de sus allegados. Por ejemplo, tendrán que pasar largas horas por las noches despiertos pero sin poder hacer ruido o encender demasiadas luces.
Igualmente las personas que trabajan en su casa lo tienen más fácil que las que trabajan en la calle o en una oficina, así como las que trabajan por libre lo tienen más fácil que las que trabajan para otros. No obstante, todo es posible hablando y acordando con los demás
Hay un artículo muy completo, en inglés, que recopila los Mitos y Hechos del Método Uberman con una visión crítica. Algunos de los aspectos más criticados del método Uberman son:
En cualquier caso debemos ser conscientes de que el método no es científico y no tenemos garantías de éxito ni se conocen sus efectos sobre la salud a largo plazo.
¿Te imaginas poder dedicar ese tiempo, o al menos la mayor parte de el a otras actividades? Sería todo un sueño, nunca mejor dicho, poder dedicar el tiempo que pasamos dormidos a realizar otras muchas cosas... leer, estudiar, trabajar, navegar. ¿Te imaginas dormir sólo dos horas al días, y estar a pleno rendimiento el resto del tiempo?
Eso que parece un sueño, hoy en día es posible. Existe un método que nos va a permitir reducir drásticamente las horas que dedicamos a dormir, sin que nuestro organismo se resienta. Ese es el método Uberman
Qué es el método Uberman
Al contrario que con las técnicas para aprovechar el tiempo, en las que maximizamos la productividad de un tiempo existente y finito, en el Método Uberman vamos a conseguir disponer de más tiempo para nuestra actividades.
Se trata de un método mediante el cual vamos a cambiar el ritmo de sueños de nuestro cuerpo. Con este método, en vez de hacer un sueños largo de 8 horas, de las cuales la mayoría no se aprovechan realmente por nuestro cuerpo (luego entraremos en detalles) , lo sustituimos por seis sueños cortos, muy cortos de 20 minutos cada uno, en los que aprovecharemos al máximo el tiempo de sueño.
El resultado es que durmiendo tan solo dos horas al día en total, habremos descansado todo lo que necesitamos para estar despiertos y descansados el resto del día, y poder dedicar hasta 22 horas al día al desarrollo de nuestra vida.
Así pues el método Uberman consiste en dividir el día (y la noche) en seis periodos de cuatro horas, de los cuales sólo dormiremos 20 minutos en cada periodo, y el resto del tiempo estaremos despiertos y aprovechando el tiempo.
Por ejemplo, nos acostaremos a las 12 de la noche y nos despertaremos a las 12:20; nos volveremos a acostar a las 4:00 y nos levantaremos a las 4:20, e igualmente haremos a las 8:00, a las 12:00, a las 16:00, a las 20:00 y vuelta a empezar el día siguiente a las 0h
Instrucciones para llevar a cabo correctamente el método Uberman
Para que el método funcione, debemos cumplir los horarios a rajatabla. El sueño de 20 minutos nos mantendrá despiertos y ágiles durante las horas siguientes, pero si no recargamos a las cuatro horas, caeremos inmediatamente en letargo. Por ello es muy importante cubrir exactamente las horas de sueño.
Para ello, lo mejor es llevar encima (en el reloj, en el móvil, en el celular) una alarma que nos avise un poco antes de la hora de acostarnos, para no perder la hora exacta. Minutos antes de la hora del sueño podremos relajarnos, apagar las luces, bajar el ritmo cardíaco y predisponernos para el sueño, para que las horas de sueño se aprovechen al máximo.
Tendremos un buen despertador, sonoro y difícil de desbloquear, que sonará a los 20 minutos y nos despertará. Al principio, la tentación de seguir en la cama será grande, pero no debemos remolonear, debemos levantarnos inmediatamente y volver a la actividad cuanto antes.
No debemos ceder tampoco a la tentación de darnos un descanso reparador y seguir acostados, más tiempo del calculado. Debemos despertar y levantarnos a los veinte minutos de habernos acostado y dormido. La persistencia y la constancia son fundamentales en este sistema.
Los primeros días del método serán muy difíciles hasta que nuestro cuerpo se acostumbre a nuestro nuevo horario. Nos costará trabajo quedarnos dormidos cuando nos acostemos, y una vez dormidos nos costará trabajo levantarnos a los veite minutos. Pero tras algunas semanas nuestro cuerpo se habrá acostumbrado al nuevo horario y se adaptará perfectamente al nuevo horario.
Es muy importante tener en cuenta este periodo de adaptación. La gran mayoría de las personas fracasan al intentar el método en este punto, ya que nunca logran adaptarse al nuevo ritmo de sueños, ya que tras unas semanas viviendo como zombies con una clara falta de sueño, abandonan, sin llegar a la etapa en que empiezan los beneficios del método.
En ese sentido, puede ser interesante una aclimatación gradual empezando a acostumbrarse al sueño polifásico en tramos de una hora u hora y media (es decir romper el sueño único en seis siestas diarias pero sin dormir menos tiempo total al día) y posteriormente ir reduciendo la duración de los mismos hasta llegar a los 20 minutos que recomienda el método.
Cómo funciona el método Uberman
Hay que saber que el sueño normal de una persona, que duerma una noche de continuo, tiene hasta cinco fases diferentes; en cada una de ellas la profundidad del sueño es diferente y el cerebro mantiene distintos niveles de actividad.Pues bien: sólo en una de esas fases, llamada FASE REM, el cerebro desconecta la mayoría de sus funciones y es cuando realmente descansa. Esta es la única fase del sueño que es profunda y sustancialmente reparadora, en la que soñamos y nuestro cerebro "recarga sus baterías". El resto de fases son mucho menos productivas
Pues bien: el método Uberman lo que hace es forzar al cerebro, mediante la restricción del tiempo de sueño continuado, a prescindir de las fases más improductivas del sueño y entrar directamente a la fase REM, a la única fase máximamente productiva de sueño.
Los primeros días practicando el método Uberman nuestro cerebro apenas entrará a las fases incipientes del sueño, creyendo que el sueño será largo como siempre por lo que se ha acostumbrado a ir profundizando poco a poco, por lo que al despertarnos a los 20 minutos apenas habremos descansado. Por eso los primeros días serán muy duros, porque estamos logrando justo lo contrario del objetivo: no entramos en la Fase REM, y estaremos muy cansados y aletargados.
Sin embargo, a partir de la segunda semana, nuestro cerebro habrá comprendido el nuevo patrón de sueño y entrará directamente a la fase REM, y esos 20 minutos de sueño pasarán a ser plenamete reparadores. Habremos conseguido nuestro objetivo: tener periodos de sueño muy cortos pero muy aprovechados.
Sólo dormiremos dos horas, pero estas serán al completo de sueño profundo y reparador, y más que suficiente para vivir a pleno rendimiento las 22 horas restantes del día
Inconvenientes del Método Uberman
Lógicamente no todo son ventajas. El método Uberman presenta algunos inconvenientes que hacen que no todas las pesonas puedan llevarlo acabo, o que algunos prefieran no adoptarlo. Las principales dificultades son:
- Como ya hemos dicho, las primeras semanas se consigue el efecto contrario al deseado: se reducen las horas de sueño productivo y nos encontramos el resto del día aletargados , adormilados, con mucho sueño, e incapaces de rendir. Seremos auténticos zombies. Muchas personas se rinden en esta fase y no logran llegar a la etapa productiva del método.
- Nuestros horarios van a ser distintos a los de las personas que nos rodean. Nuestra vida laboral, familiar y social puede verse afectada gravemente. Para evitarlo, hay que calcular muy bien las horas a las que vamos a realizar nuestras siestas de veinte minutos para que afecten lo menos posible a nuestra relación con los demás.
- Cada cuatro horas hay que dormir. Eso significa que tendremos que renunciar a actividades que duren más de este tiempo (salvo que permitan una cabezada mientras se producen)
- También tendremos que renunciar a actividades de menor duración que coincidan inevitablemente con nuestros ciclos de sueño (partidos, conciertos, ensayos...) Solo podremos participar en actividades que coincidan plenamente en nuestro horario despierto.
- Si organizamos una cena en casa podemos empezarla justo después de nuestra siesta; o podemos avisar a los invitados de que estaremos retirados durante 20 minutos y luego nos reincorporamos.
- Si hemos prometido a nuestra familia ir al cine, tendremos que asumir que nos vamos a perder veinte minutos de la pelicula echando una cabezada en la propia butaca.
- Igualmente podemos hacer coincidir los horarios de nuestro viaje con el tramo en autobús, tren o avión y dormir en él.
- La vida laboral suele ser un escollo si nuestro trabajo no tiene horarios flexibles. Tendremos que pedir a nuestro jefe 20 minutos en horario laboral en los que retirarnos y volver a nuestro puesto de trabajo con renovadas enegías (y recuperar esos veinte minutos después)
Quién debería utilizar el método Uberman
De entrada, cualquier persona puede aplicar el método con éxito. Dependiendo de su flexibilidad horaria y de su vida familiar y social y social, unas personas lo tendrán más fácil que otras.
Un claro ejemplo de candidato ideal a aplicar el método Uberman son los estudiantes de oposiciones: personas que necesitan disponer de cuanto más tiempo mejor, que no tienen demasiada vida social sino que están centrados en su objetivo, que están libremente capacitados para ordenar sus horarios.
En general, las personas que viven solas lo tienen más fácil que las que viven acompañadas, ya que tienen que compatibilizar sus horarios con los de sus allegados. Por ejemplo, tendrán que pasar largas horas por las noches despiertos pero sin poder hacer ruido o encender demasiadas luces.
Igualmente las personas que trabajan en su casa lo tienen más fácil que las que trabajan en la calle o en una oficina, así como las que trabajan por libre lo tienen más fácil que las que trabajan para otros. No obstante, todo es posible hablando y acordando con los demás
Críticas al método Uberman
Este método ha sido criticado por diversos grupos de la comunidad investigadoras, ya que no hay evidencias científicas de su funcionamiento. Los sectores más críticos incluso dudan que pueda llevarse a la práctica sin menoscabo de la salud.Hay un artículo muy completo, en inglés, que recopila los Mitos y Hechos del Método Uberman con una visión crítica. Algunos de los aspectos más criticados del método Uberman son:
- No está demostrado quie el cerebro pueda acostumbrarse únicamente a las fases REM renunciando al resto de fases.
- No se conoce aún con certeza la funcionalidad de las distintas fases del sueño. Aunque el método Uberman presupone como improductivas las fases no-REM, es probable que tengan funcionalidad y que no deban suprimirse de buenas a primeras.
- No se conocen los efectos a largo plazo que puede tener sobre la salud.
- No está demostrado que se pueda acostumbrar a nuestro cuerpo a cambiar sus rutinas por otras antinaturales.
- Nuestro cuerpo tiene sus propios biorritmos, llamados ritmos circadianos, que dificultan coger el sueño con facilidad fuera del horario nocturno o de siesta.
- No hay muchos casos documentados de personas que hayan llevado el método Uberman con éxito durante periodos muy largos de tiempo o de forma permanente.
En cualquier caso debemos ser conscientes de que el método no es científico y no tenemos garantías de éxito ni se conocen sus efectos sobre la salud a largo plazo.