Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee.
En un artículo anterior hablábamos de la importancia de relacionarse con personas con las que tengamos cosas en común, y para ello recomendábamos conocerse bien uno mismo para así saber qué cosas son importantes para nosotros, qué cosas nos gustan, y para qué cosas tenemos aptitud. ¿qué podemos aprender de esta historia?
Ilustrábamos este artículo con una vivencia personal, en la que durante años habíamos intentado relacionarnos con personas realizando unas actividades que ni eran de nuestra preferencia ni teníamos aptitud física para ello. La conclusión de esa vivencia era la importancia de relacionarse con personas afines, personas con las que se tenga algo en común, personas con las que se compartan gustos, aficiones, capacidades, inquietudes, etc…
Ilustrábamos este artículo con una vivencia personal, en la que durante años habíamos intentado relacionarnos con personas realizando unas actividades que ni eran de nuestra preferencia ni teníamos aptitud física para ello. La conclusión de esa vivencia era la importancia de relacionarse con personas afines, personas con las que se tenga algo en común, personas con las que se compartan gustos, aficiones, capacidades, inquietudes, etc…
Sin embargo podríamos haber extraído otra conclusión, que para nuestra desgracia tardamos años en descubrir. No fue hasta años después, cuando empecé a vivir emancipado, cuando tuve que enfrentarme a una gran cantidad de actividades nuevas: las tareas domésticas. Y ahí descubrí que no todas las tareas domésticas eran iguales. Unas me resultaban más fáciles y rápidas que otras: me resultaba mucho más sencillo doblar y guardar la ropa que plancharla; hacer la compra y ordenar la nevera y la alacena más fácil que cocinar; pasar la fregona mejor que la escoba.
Viviendo esta experiencia recordé mi preadolescencia y la dificultad para realizar ciertas actividades en comparación con otros chicos, y comprendí por qué nunca fui capaz de destacar como lo hacían el resto de niños: estaba invirtiendo ese tiempo en practicar en actividades para las que no estaba naturalmente dotado, y tenía abandonadas las actividades que realmente se me daban bien.
Todas las personas tenemos unas capacidades y aptitudes naturales para ciertas actividades. Pero no siempre nos damos cuenta de cuales son las nuestras, y a veces nos empeñamos en dedicarnos a actividades para las que no tenemos la suficiente destreza innata.
¿Por qué no centrar nuestros esfuerzos en las actividades que se nos dan mejor, en lugar de en las que se nos dan peor? Creceremos más como personas, destacaremos más ante los demás, seremos más competitivos, más productivos, más eficientes, si nos dedicamos a aquellas tareas paras las que tenemos más facilidad, mejores aptitudes.
Esta es una de las primeras enseñanzas que tiende a mostrarnos a vida, aunque no siempre prestamos la suficiente atención para aprenderla: debemos preocuparnos de potenciar nuestros talentos, centrarnos en aquellas actividades que se nos dan bien, que practicamos con mayor facilidad innata, que nos hacen sentirnos más cómodos,
En el anterior artículo aprendimos a conocernos mejor. Con ese conocimiento podemos identificar fácilmente cuales son las tareas para las que tenemos una mayor aptitud. Si aún así no o tienes claro, vamos a tratar de ponerlo por escrito.
Escribe en una hoja de papel los nombres de diez trabajos o profesiones, los nombres de diez deportes, los nombres de diez actividades de ocio que puedas hacer fuera de tu casa, los nombres de diez actividades que puedas hacer en casa en tu tiempo libre, los nombres de diez hobbies. Ordena cada una de la más a menos según lo capaz que te veas de desempeñar cada una (es decir ordena las actividades pensando la facilidad que crees que vas a tener para cada una)
Repasando cada lista ordenada podrás saber que actividades se te darían bien. Obviamente todas las listas estarán relacionadas: personas que elijan el rugby como deporte, seguramente podrían elegir como policía o bombero, pues probablemente sean personas con un físico fuerte; personas que elijan el ajedrez como deporte seguramente serán personas intelectuales, por lo que elegirán como actividad para estar en casa la lectura; personas que elijan el Baloncesto como deporte probablemente amen trabajar en equipo, por lo que probablemente elijan participar de una ONG como actividad social, personas que hayan elegido el golf como deporte probablemente sean individualistas, y elijan hobbies como el colleccionismo.
Por supuesto, todo esto son suposiciones particulares; cada persona es un mundo, y tiene unas aptitudes diferentes. Por eso tienes que hacer tus propias listas, tus propias elecciones.
Lo importante es que explotes tus talentos en la vida. Piensa que cada talento que tengas, cada virtud que poseas, es un don que te a regalado el cielo. Sería una pena que dejaras pasar tu vida sin utilizar tus dones, en tu provecho y en el de los demás. Repito: potencia tus talentos, explota tus virtudes.
Y es imposible que no tengas ningún don. Hay personas que han venido a contarnos que ellos no tienen ningún talento que explotar… ¡en ningún caso era cierto! Todas las personas tenemos unas aptitudes innatas, una facilidad para hacer algo mejor que los demás. Hay personas que tienen facilidad para hablar y otras para escuchar, algunas para accionar y otras para pensar, algunas para oir y otras para ver, algunas para oler y otras para degustar, algunas ara correr y otras para meditar, algunas para tomar la iniciativa y otras para esperar con paciencia, algunas para liderar y otras para seguir indicaciones, etc…
Identifica tus aptitudes. Y practícalas. Una y otra vez. Elige aquellas actividades que crees que se te dan bien, y realízalas una y otra vez, cada vez mejor.
Recuerda: todas las personas tenemos aptitudes para ciertas actividades y virtudes innatas. Identifica las tuyas, y no dudes en potenciar y explotar tus talentos. Dedica a ellos todo el tiempo que puedas. Practicas actividades relacionadas con tus aptitudes, tareas que se te den bien.
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